No todo lo que se puede hacer, se debe hacer

Un ciudadano de a pie, pero también nuestros estudiantes, compañeros de laboratorio y nosotros mismos, deberíamos saber por qué nos interesa la bioética, por qué deberíamos tener en cuenta sus principios en la investigación que involucra a otros seres humanos.
No todo vale ¿Qué hace un científico hablando de ética?
Lluís Montoliu
Next Door Publishers, Pamplona 2024, 328 p

Hay dos maneras de empezar un libro, una es leyendo su índice para darnos idea de qué trata, para saber qué nos espera a medida que vayamos desgranando el contenido y anticiparlo antes de su lectura. Y claro, para ir al grano y encontrar directamente el tema que nos interesa. La otra forma de leer un libro es no esperar nada y dejar que te sorprenda el escritor, leyendo un libro como abordamos una novela o una película, dejando espacio para la sorpresa y saborear la trama, descubriendo el camino mental del autor. Ambas maneras sirven para leer el libro No todo vale de Lluís Montoliu. Un libro cuyo subtítulo ya nos interpela directamente: ¿Qué hace un científico hablando de ética?, aunque quizás sería mejor apostillar, de bioética. Y lo mejor viene después, porque tras este título e interrogante, Montoliu deja que nosotros, los lectores, reflexionemos y buceemos en el libro para encontrar la respuesta.

Seamos honestos, una parte importante de la sociedad piensa que los científicos somos “un poco locos”, desconectados de la sociedad, siempre en busca de honores y gloria realizando experimentos indescriptibles, sin ningún tipo de control. La realidad es bien distinta, y los que nos dedicamos a la ciencia lo sabemos: realizar proyectos de investigación con animales de experimentación implica pedir la aprobación de Comités de Ética de experimentación animal, aprobación para la que hay que afinar muy bien procedimientos y objetivos. Los que trabajamos con muestras humanas y datos genéticos o sensibles sabemos que existen leyes de protección de datos que debemos acatar, y que el consentimiento informado bien redactado y explicado es esencial e imprescindible a priori, antes de empezar ningún ensayo o proyecto. Pero más allá de estas obviedades, quedan nuestras propias preguntas, nuestra conciencia, nuestros valores y los de la sociedad en que vivimos.

Los que también somos docentes universitarios nos encontramos con que el alumnado tiene inquietudes bioéticas y necesita espacios de conocimiento profundo para debatir y reflexionar, más allá de las redes sociales y el clickbait. En la Facultad de Biología de la Universitat de Barcelona, con cuatro grados del ámbito “bio”, los alumnos presionaron hasta crear una asignatura de “Bioética”, optativa de cuarto curso, para poder escuchar, leer, reflexionar, debatir, argumentar, concluir y posicionarse sobre los mismos temas que Lluís Montoliu trata en su libro. Porque aunque no lo parezca hasta este momento, lo que intento explicar es la elemental necesidad de que exista un libro como este, escrito por un científico, complementando otros libros sobre bioética que proceden de ámbitos dispares como filosofía, jurisprudencia o medicina; un libro planteado y desarrollado por un científico experimental –como tantos estudiantes y profesorado– que se enfrenta a menudo a proyectos y objetivos que requieren de consideraciones bioéticas relevantes, consciente de las múltiples aplicaciones en el ámbito de la biomedicina y biotecnología que generan preguntas bioéticas no triviales… en definitiva, un científico que es capaz de arremangarse y bajar a la arena para exponer de forma clara y rigurosa por qué los dilemas bioéticos necesitan ser abordados desde múltiples perspectivas y por qué debemos ser transparentes ante la sociedad para respuestas ponderadas a nuestros dilemas.

Un ciudadano de a pie, pero también nuestros estudiantes, compañeros de laboratorio y nosotros mismos, deberíamos saber por qué nos interesa la bioética, por qué deberíamos tener en cuenta sus principios en la investigación que involucra a otros seres humanos, sean sujetos activos o pasivos de nuestra investigación, sea para obtener datos clínicos, de comportamiento o de hábitos y preferencias de vida o para obtener datos genéticos, que no sólo proporcionan información sobre nosotros sino también sobre toda nuestra familia. ¿Cuáles son los límites a la investigación con embriones humanos o con células vivas de seres humanos? ¿debemos generar modelos animales y estudiarlos? ¿Qué pasa con el impacto de nuestra investigación sobre el medio ambiente, o sobre recursos genéticos de poblaciones vulnerables? Con los avances tecnológicos nos encontramos inesperadamente con investigación con un doble uso, para beneficiar o para perjudicar la humanidad, como una distorsión del dios romano Jano, de dos caras, o con el mal uso de datos y la mala praxis de investigadores… y qué decir de la inteligencia artificial y de las aplicaciones de la robótica. Todo impacta en nuestra sociedad a una velocidad vertiginosa y estamos a las puertas de generar embrioides/casi embriones humanos a partir de agregados celulares, o de modificar genéticamente al ser humano o de crear nuevos organismos sin necesidad de pasar por dos progenitores… y es que solo podemos abordar ese vértigo que nos acomete cuando pensamos en el futuro con una reflexión bien ponderada sobre cuáles son los límites bioéticos de nuestra investigación, porque no todo lo que se puede hacer, se debe hacer, porque “no todo vale”… por todo eso, este libro de Lluís Montoliu es imprescindible.