

Ramón Serrano, catedrático jubilado emérito (ver artículo de Margarita Salas sobre lo injusto y despilfarrador de la jubilación forzosa, Rentable para Hacienda, bueno para la salud, El País, 15 de agosto de 2009) continúa su labor formativa compartiendo sus conocimientos, experiencia y preocupaciones en este libro de 197 páginas de texto, escrito en inglés y dividido en 12 capítulos, ameno y de lectura fácil, en el que se tratan temas centrales de la biología molecular, pero también se reflejan la formación, investigación, impronta vegetal, inclinaciones, preocupaciones e incluso obsesiones del autor. Resaltaré que, citando y mostrando fotos y hechos de científicos cruciales, rememorando sus propias experiencias y dando sus opiniones sin tapujos, el autor dota a su narración del interés de las historias y la aventura personal.
El primer capítulo quizá escocerá a cultivadores de disciplinas anejas, pues pregona la superioridad de la biología molecular. De ella se dan señas de identidad, méritos y capacidad de prueba por demostración, señalando su vocación de cambiar el mundo mediante la biotecnología y la ingeniería genética. En él se fustiga con razón a nuestras instituciones europeas y lobbies-ONGs «verdes» por su irracional rechazo a los transgénicos. Aportaré mi granito de arena pidiendo al lector su adhesión a la plataforma https://supportprecisionagriculture.org liderada por el Nobel Richard J. Roberts.
Cuatro capítulos (2-4 y 7) abordan temas ineludibles de la biología molecular: genes y genomas, estructura de proteínas, bioinformática y evolución, y regulación de la expresión génica. En todos se va al grano, tratando de no ignorar ninguna cuestión central y hablando sin cortapisas, como cuando en el de genética y genómica, en el contexto de la edición génica, acusa (justamente) a la comisión Nobel de haber privado del premio al ilicitano Francis Mojica, descubridor del sistema CRISPR-Cas9, mientras asignaba el premio a la aplicación de dicho descubrimiento. El capítulo sobre bioinformática es acertado y práctico, por ejemplo, guiando al lector a la página web de la EBI, garantizando así su actualización permanente, aún sobre temas no tratados explícitamente en el libro, como la recientísima entrada en tromba de la inteligencia artificial epitomizada por AlphaFold, predictor preciso de estructura de proteínas a partir de sus secuencias. También merece especial mención el hincapié en las modificaciones químicas de proteínas (capítulo 3) y en la epigenética (capítulo 7) con reivindicación expresa de su carácter lamarckista (foto de Lamarck incluida) ampliando el paisaje biológico antes exclusivamente darwinista.
Las proteínas son objeto de culto del libro, con cuatro excelentes capítulos sobre sus funciones de catalizadores, motores, reguladores y transportadores a través de membranas. Las membranas, sin sección propia, tienen sin embargo presencia constante como teloneras de los procesos de transporte, potenciales y gradientes iónicos y electroquímicos que son cumbres cognitivas y experimentales del autor. Resumiendo mucho, en los capítulos 2 al 9 el autor establece un prontuario clarísimo y clarificador de conocimientos biológico-moleculares básicos y consolidados que debería figurar en el currículo de todo/a biólogo/a, incluso fundamentando los cuestionarios de exámenes como los del BIR (el MIR de los biólogos).
De los tres capítulos restantes, los dos sobre estrés abiótico en plantas y sobre un ejemplo de investigación sacado de la vida del autor son, precisamente por su proximidad a sus intereses y actividades, presentaciones magistrales. Sin hacer spoiler diré del último que expone en primera persona el proceso investigador, ilustrando el uso de múltiples abordajes experimentales focalizados por la cuestión a investigar, y representando muy bien la lógica de preguntas y respuestas encadenadas de toda buena investigación científica, siendo un ejemplo maestro de buena práctica investigadora.
Otra preocupación de largo recorrido del autor se refleja en el capítulo décimo, que se ocupa del crecimiento celular y el cáncer. Aporta pruebas de la importancia de las bombas de iones en estos procesos y expresa su convencimiento de que la homeostasis de pH es un puntal injustamente preterido en la comprensión y el abordaje terapéutico del cáncer, incluso ofreciendo una propuesta con potencialidad terapéutica. Pido al lector que lea este capítulo con atención y sin ideas preconcebidas, con disposición y mente abiertas. También le comunico que las publicaciones oncológicas revelan un movimiento en la dirección temática del capítulo (buscar en PUBMED con la frase “pH homeostasis AND cancer”).
¿A quién recomendar la lectura de este libro? Sin duda a l@s numeros@s soci@s de la SEBBM, pero también al alumnado de biotecnología, de biomedicina y de grados afines, y a quienes, en sistemas universitarios menos rígidos que el nuestro, estén indecisos sobre qué asignaturas biológicas tomar en su Grado o Master. Igualmente, a quienes finalicen su educación secundaria y apuesten por una carrera biológica o biomédica, y a sus profesores/as de biología, sembradores/as en campo virgen. Quienes lean el libro lo disfrutarán, se formarán y, como bonus, vivirán la experiencia única de entrever la especialísima personalidad del maestro Ramón Serrano.