
He tenido la oportunidad y la satisfacción de participar en múltiples actividades e iniciativas de FEBS. Desde asistir, acompañando a Alberto Sols, a su asamblea fundacional el 18 de julio de 1963, a contribuir a llevar a buen término, en circunstancias complicadas, la organización del VI Congreso de la FEBS en Madrid en 1969, que logró reunir a múltiples Premios Nobel (Ochoa, Lynen, Krebs, Cori, Theorell, entre otros).
Una etapa de especial implicación en las actividades de FEBS, de la que guardo muy grato recuerdo, fue la de presidir, a partir de julio de 2001, muy poco después de terminar mi periodo como director general de la UNESCO (1987–1999), el recién creado Comité de Ciencia y Sociedad de la FEBS, durante el mandato de Julio de Celis como Secretario General. La idea de crear ese Comité era tender un puente entre los científicos y la sociedad. Sus funciones incluían asesorar al Comité Ejecutivo sobre los problemas que se prevean puedan causar los avances científicos, participar en debates públicos y formular recomendaciones en nombre de la FEBS, interactuar con otras organizaciones dedicadas a actividades similares y organizar un simposio sobre estas temáticas en las reuniones anuales de la FEBS. El primer comité estaba también formado por N. Lenoir, G. Glaser, A. Quintanilla y G. Semenza, que me sucedería como Chair al término de mis dos mandatos en 2008. Recuerdo el gran nivel de las reuniones del comité ejecutivo de FEBS, y en particular la presencia de Joan Guinovart, referencia del papel de españoles en el panorama científico internacional.
Una tarea de especial relevancia e impacto en ese periodo fue presidir en 2002, a propuesta del ministro danés de Ciencia, Tecnología e Innovación, Helge Sander, el ERCEG (European Research Council Expert Group), un grupo de trabajo de alto nivel que puso las bases para la creación más adelante del European Research Council (ERC). El “grupo Mayor”, como le denominaba cariñosamente Julio Celis (que tuvo un papel protagonista como impulsor de aquel proceso), puso las bases para que la calidad científica pudiera tener el debido apoyo financiero por parte de la EU, recogiendo las aspiraciones y recomendaciones de instituciones como FEBS, UNESCO, ELSO, o EMBO. Como escribí en un artículo en 2003 (en mi calidad de presidente del ERCEG y del comité de FEBS y miembro de su consejo ejecutivo), el ERC era esencial para articular una Europa basada en el conocimiento, según el mandato de la cumbre de Lisboa de octubre del año 2000.
En el marco del Congreso FEBS-IUBMB organizado en Sevilla en 2012 bajo el impulso de Miguel Ángel de la Rosa, tuve el honor de recibir el Diploma de Honor de la FEBS, sociedad que tan importante ha sido en mi trayectoria científica y personal.
Aunque hay motivos para estar satisfecho de las aportaciones de la FEBS y del ERC hasta este momento, reforzar las relaciones entre ciencia y sociedad, y contar con la ética y el impulso de los científicos, es más importante que nunca para iluminar horizontes, hoy tan sombríos.
El Comité de Ciencia y Sociedad
El Comité de Ciencia y Sociedad de FEBS se estableció durante la 41ª Reunión del Consejo de FEBS en Lisboa, en julio de 2001, con el objetivo de reducir la brecha entre los científicos y la sociedad. Federico Mayor, exdirector general de la UNESCO, fue uno de los fundadores del Comité y asumió su presidencia durante dos mandatos consecutivos (2001–2007).
Entre las funciones del Comité de Ciencia y Sociedad se encuentra asesorar al Comité Ejecutivo y al Consejo de FEBS sobre los problemas derivados de los avances científicos, ya sean actuales o previstos, como la investigación con células madre, los organismos modificados genéticamente o la medicina personalizada. El comité colabora con otras organizaciones que realizan actividades similares, participa en debates públicos y formula recomendaciones en nombre de FEBS.
El Consejo de la FEBS asignó al Comité Ciencia y Sociedad una nueva tarea: seguir la política científica europea y hacer recomendaciones a los organismos nacionales y/o europeos, utilizando diversos canales, sobre todos los aspectos de las actividades científicas. Lo ha estado haciendo bajo el paraguas de dos organizaciones europeas multidisciplinares, la Iniciativa para la Ciencia en Europa (ISE) y la Alianza para la Investigación Biomédica en Europa (BioMed Alliance). Uno de los objetivos del Comité de Ciencia y Sociedad era el desarrollo de una política científica europea conjunta. La FEBS desempeñó un papel central en los esfuerzos por promover un nuevo sistema de apoyo competitivo a la excelencia en la investigación que condujo a la creación del Consejo Europeo de Investigación (ERC).
Además, el Comité organiza un simposio o coloquio en el Congreso anual de FEBS y subvenciona regularmente diversos eventos e iniciativas de divulgación científica impulsadas por las Sociedades Nacionales en sus respectivos países.

Para leer más
- Mayor F. “Personal recollections on the early years of FEBS”, pp.20-21. En: Purton M, Perham R. “FEBS at 50 – Half a Century Promoting the Molecular Life Sciences”. Third Millennium Publishing, London, 2014.
- Mayor F. “The impact of FEBS in the landscape of science in Europe”, pp.160-161. En: Purton M, Perham R. “FEBS at 50 – Half a Century Promoting the Molecular Life Sciences”. Third Millennium Publishing, London, 2014.
- Mayor Zaragoza F. El complejo contexto de la VI Reunión de FEBS (Madrid,1969). Revista SEBBM, 200 (2019): pp.8-12. https://revista.sebbm.es/articulo.php?id=568&url=el-complejo-contexto-de-la-vi-reunion-de-febs-madrid1969
Federico Mayor Zaragoza fue el primer presidente del Comité de Ciencia y Sociedad, entre 2001 y 2007. En 2012 recibió el FEBS Diplôme d’Honneur, convirtiéndose en el tercer español en recibir este galardón.
