Izaskun Lacunza
Directora general de la FECYT

"En FECYT tenemos la gran responsabilidad de colaborar para que la sociedad participe de los procesos científicos y tecnológicos"

Una pregunta muy general: ¿Qué tan permeable es la ciencia española hacia la sociedad en general?

Si te refieres a si la ciencia está abierta a la sociedad, creo que ha habido una evolución. Durante mucho tiempo, parecía predominar en la comunidad científica la idea de que la ciencia se desarrollaba aislada, impermeable a las preocupaciones de la sociedad, la búsqueda intelectual era el único fin y solo debían rendirse cuentas a los pares. Afortunadamente, esa visión es cada vez menos común. El riesgo de la torre de marfil es claro: desafección ciudadana, incomprensión, y una ciencia desconectada de las necesidades sociales que puede incluso facilitar movimientos anticientíficos.

Desde el año 2002 y hasta la fecha, la FECYT ha analizado de forma pormenorizada la percepción de la población española hacia la ciencia. ¿Cómo ha evolucionado esta percepción? ¿Cómo participa la población en la ciencia y cuál es su interés hacia ella?

En este momento estamos elaborando la encuesta de este año, cuyos datos publicaremos a principios de 2025. En la edición anterior, cuyos resultados publicamos en 2023, el 12,3% de la población entrevistada decía de manera espontánea que les interesaba la ciencia. Además, había un porcentaje muy elevado de personas que citaban la salud (19,8%) y el medio ambiente y ecología (12,6%), temas que también son ciencia.

También hemos detectado una creciente participación en actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología, tanto en iniciativas de divulgación y comunicación, como en acciones políticas sobre la ciencia. Entre los encuestados, el 28,1% reconoce haber firmado peticiones o haber participado en manifestaciones en el último año sobre temas relacionados con la ciencia y la tecnología; por ejemplo, la energía nuclear, la biotecnología, el medio ambiente o el cambio climático. Y 1 de cada 10, aproximadamente, afirma haber asistido a reuniones o debates sobre ciencia y tecnología. Esta creciente participación e interés nos señalan que el diálogo entre ciencia y sociedad está más vivo que nunca.

Con motivo del 20 aniversario de la realización de la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia, realizamos un análisis de la evolución de algunas de las actitudes hacia la ciencia de la población española durante estos años. A lo largo de este periodo, ha habido un aumento creciente en el interés por la ciencia y la tecnología, y la sensación de estar informado sobre estos temas. También ha aumentado el número de personas que realiza actividades como la visita a museos de ciencia.

Sin embargo, existen brechas por sexo, edad y nivel de estudios que se mantienen a lo largo de este tiempo, lo que muestra la necesidad de que la comunicación científica sea mucho más inclusiva. La percepción de que los beneficios de la ciencia y la tecnología son mayores que sus riesgos también han aumentado a lo largo del periodo, así como el número de personas que opina que los conocimientos científicos son la mejor base para elaborar leyes y regulaciones y que los ciudadanos deberían tener un papel más importante en las decisiones sobre ciencia y tecnología que les afectan directamente.

Como en muchos otros ámbitos, la COVID-19 ha cambiado la percepción de la ciencia en todo el mundo. Según un estudio de la FECYT, el 78% de los españoles considera que la ciencia y la tecnología han sido fundamentales durante la crisis sanitaria. ¿Cómo ha influido este dato en las prioridades de la FECYT?

Durante la pandemia, pudimos comprobar que la sociedad demandaba información rigurosa, bien contrastada y ágil sobre el nuevo coronavirus y las medidas sanitarias para combatir sus efectos. Lo vimos claramente en el crecimiento que experimentó de 2020 a 2022 la audiencia de nuestra plataforma de noticias científicas SINC (agenciasinc.es). Conscientes de esta necesidad, en marzo de 2022 FECYT lanzó un nuevo proyecto, el Science Media Centre España, una oficina de información dedicada a generar recursos y evidencias para dar apoyo a los periodistas en la cobertura de los temas sobre ciencia, salud, tecnología y medioambiente, especialmente aquellos que generan cierta controversia social. 

El Centro Común de Investigación de la Unión Europea (JRC), desde 2020, está impulsando iniciativas para fortalecer y conectar ciencia, políticas públicas y sociedad en los países europeos.  ¿Qué papel tiene la FECYT en el fortalecimiento de la conexión ciencia-política-sociedad en España? ¿Qué iniciativas ha puesto en marcha FECYT para hacer realidad el asesoramiento científico en las políticas públicas? 

FECYT desempeña un papel crucial en el fortalecimiento de la conexión entre la ciencia, la política y la sociedad en España. Nuestro objetivo es facilitar el intercambio de conocimiento y asegurar que la evidencia científica informe las decisiones políticas, lo que es esencial para abordar los retos actuales.

Una de nuestras principales iniciativas es la gestión de la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados, la Oficina C. Esta oficina proporciona a los legisladores informes detallados sobre temas de gran relevancia, como incendios, prevención del suicidio, desinformación y envejecimiento. Al ofrecer el conocimiento experto de una manera accesible, apoyamos a los responsables políticos en su tarea parlamentaria.

Además, recientemente, hemos lanzado la Convocatoria I+P, que financia proyectos innovadores que utilizan evidencias científicas para desarrollar políticas públicas más efectivas. Con un presupuesto total de dos millones de euros, esta convocatoria apoya el asesoramiento científico y fomenta la colaboración entre la comunidad científica y la administración pública.

A través de estas y otras iniciativas, FECYT trabaja para construir puentes entre la ciencia y la política, promoviendo un ecosistema en el que el conocimiento científico sea un pilar en la formulación de políticas que beneficien a la sociedad.

Los tiempos cambian y los retos en la comunicación científica no son los mismos que, por ejemplo, hace cinco años. Ahora estamos mirando de cerca la inteligencia artificial, el Open Science, etc. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la FECYT en la promoción de la cultura científica en España?

Tenemos la gran responsabilidad de colaborar para que la sociedad participe de los procesos científicos y tecnológicos y, por tanto, el reto es que la comunicación de la ciencia llegue a públicos diversos y sea cada vez más inclusiva.

Hace más de 20 años que gestionamos la Convocatoria de Ayudas para el Fomento de la Cultura Científica y de la Innovación, una convocatoria de ayudas para que organizaciones de todo tipo, públicas y privadas, pongan en marcha acciones de comunicación de la ciencia dirigidas al público en general. Pero nuestro objetivo es estimular el sentido crítico y la toma informada de decisiones, y por eso estamos trabajando en otra dimensión que queremos añadir a esa conexión entre ciencia y sociedad: las políticas públicas y queremos tener en cuenta un nuevo grupo de interés: los decisores públicos. Creemos que la ciencia debe ser un factor tenido en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas, es decir, que las políticas públicas estén informadas por la evidencia científica.

Ya hemos abierto algunas líneas de trabajo en esa área, como mencionaba antes la Oficina C o la convocatoria de Innovación en Políticas públicas. Estamos aprovechando la experiencia que FECYT tiene, y aspiramos a fomentar un ecosistema e impulsar un cambio cultural de la misma manera que hemos hecho en Comunicación social de la ciencia. 

Y todo ello encaja con otra de nuestras líneas de actuación más relevantes: la ciencia abierta. Queremos que el conocimiento sea un bien público sostenible, accesible, inclusivo y multilingüe, libre de sesgos y abierto a la sociedad. Damos soporte al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en la puesta en marcha de la Estrategia Nacional de Ciencia Abierta (ENCA). Los servicios de FECYT hacen accesibles los resultados de la investigación financiada con fondos públicos, tanto para la comunidad científica que los produce, como para la sociedad que los financia. Con ello potenciamos la reproducibilidad de la ciencia y la reutilización de los resultados.

El concepto de ciencia ciudadana está ganando relevancia a nivel mundial. ¿Qué importancia tiene este enfoque para la FECYT y cómo está promoviendo la participación ciudadana en proyectos de investigación que involucran a la sociedad?

La ciencia ciudadana en España —que cada vez es más diversa en cuanto a temas, metodologías, alcance e inclusividad— genera un impacto social, medioambiental y educativo relevante, además de científico. Creemos que la ciencia ciudadana promueve el acceso en abierto, universal, al conocimiento, a la ciencia. Crea cambio y transformación en la sociedad; promueve la innovación tecnológica y social, además de favorecer la orientación de fondos públicos para asuntos de interés y preocupación social. También promueve las políticas en un sentido bottom-up, de la sociedad a las instituciones.

Aunque FECYT en su Convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica y de la innovación incluía la ciencia ciudadana entre sus objetivos desde el año 2013, fue a partir de 2018 cuando incluyó una línea de actuación específica para proyectos de ciencia ciudadana.

En 2022, FECYT lanzó esta misma Convocatoria en la que se incluía de manera excepcional una categoría singular de proyectos de ciencia ciudadana en coordinación, financiada por el Ministerio de Universidades con una dotación de 400.000 €. Además, se incluía como parte de la categoría general de Proyectos de comunicación social de la ciencia y la tecnología (dotada con más de 2.000.000 €) un objetivo específico de “Estimular la participación ciudadana en la ciencia y la tecnología” al que podían acogerse los proyectos de ciencia ciudadana que no cumpliesen los requisitos de la categoría singular. En 2023 y 2024 esta categoría y objetivo específico se han mantenido.

El resultado es que cerca de 229 proyectos han sido presentados desde la convocatoria de 2018 en la categoría singular de ciencia ciudadana y más de 1.300.000 euros han sido dedicados a promover e impulsar específicamente la participación ciudadana en proyectos de investigación.

Uno de los retos más importantes en la divulgación científica es comunicar información compleja de manera accesible. ¿Qué estrategias está adoptando la FECYT para hacer la ciencia más comprensible y atractiva para el público general? ¿Qué formatos son los que más llegan al público?

Según la última Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología publicada en 2022, la realización de actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología se ha incrementado respecto a los últimos años. La actividad que se ha realizado de manera más habitual es hablar de ciencia e investigación con familiares y amigos (61,4%) y ver o escuchar programas de televisión o radio sobre ciencia (57,4%). Estos resultados ponen en relieve que las acciones en redes sociales, los grandes proyectos audiovisuales o la ciencia sobre los escenarios (monólogos, improvisación, teatro…) viven ahora un buen momento al ser una de las opciones más atractivas a la hora de realizar actividades de divulgación científica.

Solo de Ciencia, un certamen iberoamericano de monólogos científicos, que cumple ya su segunda edición, ha sido un éxito al involucrar activamente a los investigadores en la comunicación de la ciencia en un formato diferente. También Iniciativas que interrelacionan el arte, la ciencia, la tecnología y la sociedad (ACTS), la ciencia ciudadana o la educación STEAM, entre otros, también han reconfigurado el imaginario social en las dos últimas décadas, abriendo nuevos formatos de proyectos que reconfiguran la participación, habitualmente pasiva, de la sociedad en las actividades de divulgación científica. Estas prácticas ocurren en espacios artísticos, laboratorios de creación y ciudadanos, etc., lugares donde es posible investigar y utilizar metodologías diferentes a las de los lugares de producción de conocimiento tradicionales.

Todas estas iniciativas vienen siendo apoyadas por FECYT en los últimos años a través de líneas de financiación específicas, proyectos propios y en colaboración, con el objetivo de entender mejor la complejidad de las cuestiones contemporáneas (por ejemplo, el cambio climático y nuestra relación con el medioambiente, el impacto de la tecnología y los avances científicos, etc.) y buscar soluciones a los problemas y promover políticas frente a los mismos, favoreciendo los enfoques inter/transdiciplinares y abiertos, en los que la ciudadanía pueda implicarse activamente.

Recientemente, la FECYT ha lanzado varias iniciativas y convocatorias (I+P, Cultura Científica, REBECA Practice…) para el emprendimiento, para acercar la ciencia a la sociedad o para el colectivo investigador. ¿Podría destacar alguna que haya tenido un impacto significativo, teniendo en cuenta que la participación en actividades científicas se ha duplicado en los últimos cinco años, según sus informes?

La Convocatoria I+P es quizás la más reciente y ha sido una satisfacción comprobar el gran interés que ha suscitado. Hemos recibido 370 solicitudes de 127 entidades. Su objetivo es impulsar proyectos que fomenten la innovación pública y el asesoramiento científico, con un enfoque basado en la colaboración entre las administraciones públicas y la comunidad científica. Con esta convocatoria buscamos fomentar una cultura de innovación en las administraciones públicas, para que la evidencia científica sea un pilar fundamental para las políticas públicas. Pero, sobre todo, queremos impulsar una transformación cultural y crear un ecosistema, lo mismo que hemos venido haciendo con la Convocatoria de Ayudas para el fomento de la Cultura científica y de la Innovación. Esta convocatoria no es precisamente nueva, pero no quiero dejar de mencionar su impacto. Gracias a su financiación hemos impulsado nuevos formatos de la ciencia y líneas de comunicación social de la ciencia como la ciencia ciudadana o las iniciativas de arte, ciencia, tecnología y sociedad; Durante 18 años hemos financiado 3.800 proyectos que han permitido la participación de cerca de 36 millones de personas en todo el territorio y hemos logrado consolidar una red de Unidades de Cultura Científica de más de 120 nodos distribuidos por todo el país.

Volviendo a iniciativas más recientes, pusimos en marcha el programa de mentorazgo REBECA (REsearchers BEyond aCAdemia Mentoring Programme, en inglés), que busca ofrecer nuevas oportunidades laborales más allá de la investigación académica al personal investigador que se encuentra en las primeras etapas de su desarrollo profesional.  A lo largo de las diferentes ediciones, hemos puesto en marcha cientos de parejas de mentores e investigadores que han permitido al personal investigador participante conocer a profesionales con formación científica que han desarrollado su carrera profesional en otros ámbitos más allá de la investigación pública. Este acercamiento les ayuda a reflexionar sobre sus propias competencias y opciones profesionales y amplía su mirada. Los niveles de satisfacción y aprendizaje de todos los participantes en el programa demuestran su eficacia.

En este contexto, lanzamos la herramienta REBECA Practice que ha tenido un gran impacto porque permite a los investigadores explorar diferentes puestos relacionados con la investigación y la innovación que se desarrollan en el sector público y privado. Aunque el mercado laboral demanda las competencias y alta cualificación que el personal investigador adquiere en su formación, todavía queda mucho por hacer para facilitar la movilidad intersectorial. Por eso es necesario formar, poner en valor y profesionalizar opciones de carrera en ciencia. La herramienta REBECA Practice permite, mediante un caso simulado, acercar otras profesiones como periodista científico, técnico de evidencia científica o gestor de la innovación.

¿Qué papel juega la FECYT en la lucha contra la desinformación y cómo se están implementando estrategias para corregir esta tendencia, y mejorar la educación científica en la población?

La desinformación es un fenómeno complejo en el que intervienen numerosos actores y dinámicas sociales y políticas. Destacaría el papel que juega FECYT en la participación en proyectos europeos como Iberifier, que es un observatorio de medios digitales de España y Portugal, impulsado por la Comisión Europea donde se analiza el ecosistema ibérico de los medios digitales y hace frente al problema de la desinformación. En 2022 elaboramos un informe analizando esas dinámicas en el marco del proyecto. Más recientemente hemos elaborado un informe en la Oficina C, la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso de los Diputados. Ambos informes señalan cómo la tecnología ha favorecido una amplificación sin precedentes de la desinformación y sus efectos, convirtiéndola en una desatacada amenaza para los sistemas democráticos. Los expertos que participan en el informe destacan la importancia de la alfabetización mediática, por ejemplo, para identificar las fuentes que son fiables.

Es indudable el papel central que el periodismo y los profesionales de la información tienen para combatirla. De ahí nuestros esfuerzos en impulsarlo desde SINC, una plataforma de actualidad científica que produce contenidos periodísticos sobre ciencia, rigurosos y atractivos para el público general, con licencia Creative Commons. También hemos puesto en marcha el Science Media Centre España para que la ciudadanía esté informada de los temas científicos que generen controversia y mejorar la calidad del debate público. Para ello pone a disposición de los periodistas recursos que les permiten elaborar buenos contenidos de ciencia en los plazos de tiempo que marca la actualidad, como reacciones de voces expertas, documentos de evidencias e información de contexto.

Además, en nuestro proyecto Ciencia de la Comunicación Científica trabajamos para analizar la comunicación pública de la ciencia, identificar necesidades y promover acciones destinadas a impulsar una comunicación social de la ciencia más eficaz, ética y profesional.