
Hace unos años, con motivo de un homenaje a Joan Guinovart en el Institut de Recerca Biomédica (IRB) de Barcelona, cité unas palabras atribuidas a Bernard Shaw: “Some men see things as they are, and ask why. I dream of things that never were and ask why not”. Y añadía que Joan pertenecía sin duda al grupo de los que siempre han imaginado y soñado cómo mejorar la realidad, se han preguntado “¿por qué no?”, no se han resignado y han abierto nuevas sendas.
Ahora que nos ha dejado (¡tan temprano!), nos queda el recuerdo y el legado de una trayectoria científica y personal multifacética y realmente deslumbrante, como investigador, como mentor y como vertebrador de múltiples iniciativas.
Joan alcanzó un reconocido liderazgo internacional en el campo de la bioquímica metabólica, en particular en lo referente al metabolismo del glucógeno, en el que su grupo ha hecho aportaciones de gran calado y originalidad. Como mentor y como excelente docente, tuvo la mayor de las satisfacciones posibles: formar discípulos apasionados por la investigación científica, que luego han volado alto y brillado con luz propia. Y fue sin duda el capitán, el impulsor y vertebrador esencial del IRB, uno de los centros de investigación biomédica más reconocidos y dinámicos a nivel internacional, del que fue director durante muchos años, y en el que permanece su huella indeleble.
Además de todo lo anterior, Joan tuvo la preocupación constante a lo largo de toda su trayectoria de tender puentes entre los científicos y la sociedad. Resumía muy bien esta idea el título de un comentario que publicó en la revista Cell en el año 2009: “Mind the Gap: Bringing Scientists and Society Together”, en el que destacaba la importancia de que los científicos y las sociedades científicas comunicaran eficazmente y con rigor la importancia de la ciencia al gobierno y a sus conciudadanos.
Esta perspectiva ha sido una constante en la destacadísima trayectoria de Joan Guinovart como líder de sociedades científicas a múltiples niveles: Presidente entre 1996 y 2000 de la SEBBM, Presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España COSCE entre 2004 y 2011; miembro de distintos comités de la Federación Europea de Bioquímica FEBS, de la que presidió el dedicado a Ciencia y Sociedad entre 2009 y 2012, y Presidente de la IUBMB (International Union of Biochemistry and Molecular Biology) de 2015 a 2018.
Tuve la fortuna de seguir de cerca muchas de esas tareas, que Joan acometía siempre con extraordinario y contagioso entusiasmo, con eficacia, con simpatía y empatía. Como miembro de la Junta Directiva de la SEBBM durante su mandato fui testigo de cómo impulsó la renovación de sus congresos, las relaciones internacionales con otras sociedades –en especial con las iberoamericanas-, la radical transformación de la Revista SEBBM para convertirla en una referencia para el debate de políticas científicas y temas de divulgación; las iniciativas para atraer a los jóvenes, como las del Curso de Iniciación a la investigación en el marco de los congresos SEBBM…
En diciembre del año 2003, doce científicos del campo de las biociencias, entre los que Joan tuvo un papel protagonista, nos reunimos en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid y lanzamos la primera petición de un pacto de estado para la ciencia. En esa misma línea de reclamación rigurosa y motivada a nuestras administraciones públicas para priorizar la I+D, Joan impulsó desde la COSCE a partir de 2004 múltiples actividades, tales como el informe anual sobre las partidas de I+D+i en los presupuestos generales, así como numerosos estudios, encuentros entre científicos y responsables políticos, etc. Esa tarea a la que Joan dedicó tanto empeño sigue siendo hoy necesaria y urgente.
Ha sido un privilegio ser testigo de tantas actividades e iniciativas de Joan Guinovart en el ámbito científico y social. Pero sobre todo lo fue el disfrutar de su amistad y de muchas experiencias compartidas con su mujer Rosa, compañera y apoyo esencial en su vida. Recuerdo especialmente navegar juntos, tanto en aguas de la costa granadina como en las del Cap de Creus, y la cariñosa hospitalidad en su Tarragona natal, donde la última vez mi mujer y yo compartimos con ellos en julio de 2023 una inolvidable visita a la catedral con nuestra hija y nieto. Joan deja una huella inolvidable en toda la gran familia bioquímica, y le recordaremos siempre con admiración y gratitud.