La VIII encuesta FECYT de percepción social de la ciencia y la tecnología 2016 abordó, entre otras muchas cuestiones, el arraigo de las pseudociencias en la Sociedad. Es algo que debemos tomarnos con cierta preocupación. Sin ir más lejos, cerca del 15% de los españoles cree en los horóscopos, un 13% en curanderos y más del 20% en fenómenos paranormales. No veo claro cómo el creer en la astrología, que nunca llegamos a la Luna o que los alimentos ecológicos son, por definición, más saludables podría afectar a nuestra salud –aunque sí a nuestro bolsillo-. Sin embargo, los datos dicen cosas más preocupantes: en el mismo paquete de la pseudociencia se encuentran las mal llamadas pseudoterapias –mal llamadas puesto que tienen de terapias lo que yo de melenudo-: prácticas como la homeopatía, osteopatía, el reiki, la acupuntura denominada tradicional china o la cada vez más conocida, por desgracia, bioneuroemoción, entre otras muchas. Prácticas que, en muchos casos, además de saquearnos el bolsillo, sí pueden suponer un perjuicio serio para nuestra salud, sobre todo, si llegamos a abandonar las terapias médicas –las únicas que deben ser consideradas terapias-. Además, y por si fuera ya poco absurdo este submundo pseudoterapéutico, otro dato de las encuestas dice claramente que el sentido común y el nivel social, económico o cultural no tienen por qué ir de la mano. Un trabajo recientemente publicado en el Journal of the National Cancer Institute sorprendió a los propios autores: las personas que optan por las pseudomedicinas suelen tener más dinero y, paradójicamente, mayor nivel educativo. El titular que apareció en los medios a raíz de dicha publicación, no deja lugar a dudas: “Las NO medicinas matan cuatro veces más”. Así de claro. Así de peligroso.
Recurrir, con la dudosa legitimidad que otorga la desesperación de enfermos y familiares, a prácticas alejadas del rigor científico y médico solo aliviará, en el mejor de los casos, el bolsillo de quien las ofrezca. En el peor escenario, puede ocasionar un daño adicional que, incluso, podría llegar a ser fatal, sobre todo si se abandona el tratamiento médico reglado. La homeopatía, plantas tóxicas como el kalanchoe o técnicas surrealistas como la bioneuroemoción, entre otras “pseudocosas”, utilizadas, incluso, contra el cáncer, son una barbaridad que solo contribuirá a fortalecer una estafa.
En el trabajo presentado anteriormente, coordinado desde la Universidad de Yale, EE.UU., el oncólogo Skyler Johnson cuantifica el riesgo que supondría recurrir a prácticas pseudocientíficas contra determinadas enfermedades, aunque no se abandone el tratamiento médico reglado. Para ello, se compararon los casos de 281 personas con cáncer que optaron por pseudotratamientos y las historias de 560 pacientes que sí confiaron en la medicina: quimioterapia, radioterapia, cirugía y terapia hormonal. Los resultados son escalofriantes. Las mujeres con cáncer de mama que practicaron técnicas pseudocientíficas aumentaron su riesgo de muerte unas cuatro veces. Los pacientes con pseudoterapias en cáncer colorrectal y de pulmón tuvieron 3,6 y 1,5, respectivamente, más posibilidades de morir. Los autores –y yo mismo- concluyen: “los pacientes interesados en las medicinas alternativas deberían ser advertidos del riesgo de muerte asociado a esta decisión. Es importante que los oncólogos inviertan tiempo en hablar con sus pacientes sobre sus creencias particulares”. No obstante, y aunque tímidamente, algo parece estar cambiando. Perjudicar a un enfermo podría dejar de salir gratis…
La Audiencia Provincial de Valencia ordenó juzgar por intrusismo al curandero de un joven que murió tras abandonar la quimioterapia. Los hechos ocurrieron en julio de 2013. Mario Rodríguez falleció por una leucemia cuando tenía 21 años. Durante un tiempo, Mario estuvo compatibilizando la quimioterapia con unos remedios que le recomendaba José Ramón Llorente, quien se presentaba como médico naturista. Meses antes de morir, Mario eligió abandonar la quimio, de la que desconfiaba. Desde entonces, su padre Julián ha iniciado una cruzada para evitar que haya más enfermos a los que –y cito textualmente- les «coman el tarro» con la esperanza de curarse con “terapias alternativas”. Tras el fallecimiento de Mario, su padre acabó fundando una asociación para proteger a los enfermos de las terapias pseudocientíficas –la APETP-, asociación actualmente presidida por la biotecnóloga Elena Campos, investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, CBMSO (CSIC-UAM).
Finalmente señalar que, además de la APETP, organizaciones e instituciones profesionales tan importantes como la Organización Médica Colegial de España empiezan a salir de ese “bosque profundo” donde parecían habitar para anunciar su rechazo absoluto contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias. Incluso, y aunque tímidamente, empiezan a surgir farmacias que, además de negarse a vender mentiras pseudocientíficas, informan a sus clientes de sus riesgos. Asimismo, con tesón y presión de colectivos científicos y académicos, se está logrando paralizar cursos, exposiciones y actividades –durante la Noche de los Investigadores o la Semana de la Ciencia- sobre pseudociencia/pseudoterapia en, al menos, universidades y centros públicos… Esperemos que estas iniciativas no caigan en saco roto; nuestra salud lo lamentaría.
REFERENCIAS
- http://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/jolope/ (Mi página personal, con enlaces a mis programas de divulgación científica y eventos y cursos para profesores de secundaria).
- http://web4.cbm.uam.es/joomla-rl/index.php/es/servicios/cultura-cientifica?id=1175 (La página oficial del Departamento de Cultura Científica del CBMSO con todos los eventos semanales de divulgación científica: radio, tv, internet…
- https://www.apetp.com/ (Página oficial de la asociación para proteger al enfermo de las terapias pseudocientíficas).
- http://francis.naukas.com/2015/02/21/resena-medicina-sin-enganos-de-j-m-mulet/ (Artículo muy interesante de José Miguel Mulet sobre la presentación de su libro “Medicina sin engaños”, altamente recomendable).
- https://academic.oup.com/jnci/article/110/1/djx145/4064136/Use-of-Alternative-Medicine-for-Cancer-and-Its (Artículo original de Skyler B. Johnson sobre el uso de las “medicinas alternativas” en el tratamiento contra el cáncer).