Evan Rosen, investigador en el Broad Institute del MIT y Harvard, ha sido todo un descubrimiento en el 46º Congreso de la SEBBM. Agradecemos a la Fundación Areces por su colaboración en esta charla tan inspiradora y rompedora sobre las aventuras del tejido adiposo. Evan impartió la charla de clausura del congreso, donde no solo descubrimos su gran talento como científico, sino también su humanidad, que quedó reflejada tanto en la charla como en las conversaciones posteriores.
Pudimos hablar con él sobre la vida, la política, la ciencia, y hasta sobre las políticas migratorias, a las que aún no prestamos la atención necesaria. Aprendimos sobre la alarmante situación de los jóvenes de China que cruzan Sudamérica en busca de una vida mejor en Estados Unidos, un tema que afecta profundamente a miles de personas, como es el caso también de la emigración hacia Europa de nuestros paises vecinos. Como decía Marie Curie, «La ciencia y la vida no pueden ni deben separarse,» y eso se reflejó claramente en nuestras conversaciones. Al igual que cualquier profesional, los científicos y científicas también tenemos nuestras inquietudes, preocupaciones y alegrías, y nos encanta conversar, lo que considero uno de los signos distintivos de este colectivo. La ciencia no se entiende sin la conversación con colegas, ya que es en esos intercambios donde surge la inspiración.
El proceso del descubrimiento científico es fascinante. Nuestras neuronas guardan y relacionan información que muchas veces no logramos contextualizar hasta que alguien dice una palabra clave o cambia el enfoque, y de repente, surge la IDEA. Qué maravilloso es el proceso del descubrimiento, y cuán extraordinaria es nuestra mente. Volviendo a Evan Rosen, ha sido todo un descubrimiento para nosotros en el congreso, y tuvimos la suerte de contar con él gracias a nuestra querida y admirada Guadalupe Sabio, otra gran investigadora en el estudio del metabolismo en patologías como el cáncer, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.
La charla de Evan Rosen estuvo repleta de resultados novedosos sobre la biología del tejido adiposo, un órgano que ahora empezamos a considerar con mayor relevancia debido a su participación en prácticamente todos los procesos fisiológicos, lo que lo vincula directamente con patologías como el cáncer, la diabetes o la artrosis entre otras muchas. No solo se trata de la carga que este tejido aporta, sino también de su implicación en comunicación y señalización celular. Aún queda mucho por investigar y por descubrir. En nuestras conversaciones con Evan, no pudo faltar la mención al péptido GLP-1 y su sorprendente actividad en la obesidad. Como él mismo señaló, es maravilloso que este tratamiento funcione tan bien en los pacientes que lo reciben, aunque queda mucho por hacer, ya que todavía no entendemos todos los mecanismos detrás de su mecanismo de acción y no todos los pacientes responden al tratamiento. Evan también aclaró un malentendido común relacionado con el afecto tras suspender el tratamiento con GLP-1. Nos explicó que simplemente, al dejar de tomar el medicamento, este deja de actuar, igual que ocurre con cualquier otro tratamiento crónico, como los que se usan para la hipertensión o la diabetes. GLP-1 es un tratamiento a largo plazo, crónico y nos surge la pregunta: ¿no sería beneficioso poder utilizarlo más ampliamente en la clínica para reducir la carga de esta enfermedad, que afecta a tantos pacientes y genera tanto gasto en los sistemas de salud? La respuesta es sí, aunque entendemos que el precio de este péptido es elevado. Esto refleja, en parte, la complejidad del mercado farmacéutico actual. Reconocemos que las farmacéuticas necesitan obtener ganancias para sostener el desarrollo de nuevos tratamientos y garantizar que los medicamentos lleguen a los pacientes. Sin embargo, sería importante encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad financiera y el acceso asequible a terapias innovadoras que puedan beneficiar a la sociedad en su conjunto. Como sociedad, debemos reflexionar sobre la necesidad de tomar medidas para regular estos precios, no solo en el caso de tratamientos para la obesidad, sino también en enfermedades comunes como el cáncer. Cuando hablamos de precios de medicamentos, estamos hablando de la posibilidad de salvar vidas. Si estos precios son elevados, corremos el riesgo de que muchas personas no puedan acceder a los tratamientos que necesitan, ya que los sistemas de salud tienen presupuestos limitados. Esto ya ocurre con algunos tratamientos para el cáncer, y es vital encontrar soluciones para que no suceda lo mismo en otros casos, como la obesidad o cualquier otra patología.
Primero somos humanos, y luego todo lo demás, ¿no os parece? No tiene sentido no buscar soluciones a problemas que afectan la vida de tantas personas.
Ha sido un placer conocer mejor a Evan Rosen, quien, además de ser un brillante científico, es una persona especial. Habla español y tiene una hija trabajando en España. Espero tener la oportunidad de coincidir nuevamente con él pronto. En este enlace podéis leer la entrevista que le hicieron en La Voz de Galicia tras su visita a A Coruña: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2024/09/07/sabemos-grasa-organos-importantes-cuerpo/0003_202409G7P20991.htm