Hace poco más de 25 años que la investigación sobre el ciclo celular fue testigo del descubrimiento de las kinasas dependientes de ciclinas (CDKs) como reguladores primordiales del ciclo celular en animales, plantas y hongos. En los años posteriores se ha identificado la enorme complejidad de los circuitos que regulan el ciclo celular y sus vías de señalización. El desarrollo y el crecimiento de los organismos multicelulares depende muy estrechamente de la coordinación de la proliferación con señales de desarrollo y con la diferenciación celular. Por ello, uno de los grandes retos actuales es entender los mecanismos de control de la proliferación celular más allá del nivel celular, e integrarlos a nivel de un organismo en crecimiento.
Estos estudios integrativos requieren modelos experimentales apropiados y existen múltiples razones que justifican que las plantas son muy adecuadas para ello [1]. Razones conceptuales como que el desarrollo de las plantas es post-embrionario, a diferencia del de los animales, por lo que la capacidad de proliferación se mantiene durante toda la vida del individuo. En segundo lugar, las plantas poseen una gran plasticidad de manera que mutaciones en muchos genes que participan en procesos celulares básicos son compatibles con el desarrollo, permitiendo su estudio en el adulto. Por último, el control del crecimiento de los órganos de una planta (raíces, hojas, flores) es fundamental para mejorar la producción vegetal, algo cada vez más necesario. Hay razones experimentales también ya que se pueden usar estrategias de biología celular, molecular, bioquímica, genética y genómica, entre otras.
En plantas, los reguladores del ciclo celular participan además en la replicación del genoma y su reparación, la salida a diferenciación, la dinámica de la cromatina, la adquisición de destinos celulares, las divisiones asimétricas, la inmunidad innata, el ciclo circadiano, las respuestas a los cambios ambientales, entre otros (Figura 1). La capacidad de las células vegetales para desdiferenciarse y reprogramarse para tomar otros destinos celulares es enorme. De hecho, pueden regenerarse nuevos órganos, plantas completas o incluso embriones somáticos (Figura 1).
Nuestro grupo utiliza la planta modelo Arabidopsis thaliana para estudiar el control de la proliferación celular en el contexto del desarrollo con especial énfasis en el control de la replicación del genoma y la dinámica de la cromatina. En la planta completa existen localizaciones de células con cierta capacidad progenitora, que son fundamentales para la organogénesis. Un ejemplo son las células del periciclo, una capa celular de la raíz, que forman los primordios de las raíces laterales de manera continua a medida que crece la raíz principal. Nuestro grupo ha identificado factores de transcripción de la familia MYB que controlan el potencial de división de las iniciales de las raíces laterales definiendo su grosor [2].
Las transiciones en el ciclo celular están asociadas a cambios en diversas marcas de la cromatina, principalmente acetilaciones, metilaciones y fosforilaciones de varias histonas (Figura 1). Hemos podido simplificar la enorme complejidad de combinaciones posibles de estas marcas mediante la definición de estados de cromatina caracterizados por su firma epigenética [3]. La replicación del genoma depende de la activación de miles de orígenes de replicación (ORIs). Aunque se ha avanzado en el conocimiento de las características generales de los ORIs en células en cultivo de Arabidopsis [4], aún no se conoce en detalle qué combinación (o combinaciones) de marcas definen como ORI una cierta región del genoma en el organismo completo [5]. Esto supone un gran reto experimental que estamos abordando en el laboratorio y que permitirá abrir muchas posibilidades de estudio, en particular el uso de mutantes y el análisis de la respuesta de la replicación del genoma a los cambios ambientales y durante el desarrollo. En plantas es frecuente que antes de iniciar el proceso de diferenciación celular, las células inicien una fase de endoreplicación en la que duplican su material genético sin existir división celular y que conduce a un aumento de la ploidía nuclear (Figura 1). En esta fase de inicio de la diferenciación celular se requiere nueva activación de ORIs y, posiblemente, modificaciones en la cromatina, asociadas a cambios en el transcriptoma. No conocemos los mecanismos de la especificación de ORIs durante el endociclo y si es diferente con respecto al ciclo celular normal.
Dado que en cada ciclo toda la cromatina debe duplicarse, existe una compleja fase de deposición de histonas durante la replicación. Nuestro grupo ha estudiado la dinámica de incorporación de histona H3 durante el desarrollo de órganos [6] y ha podido identificar una población celular única que se encuentra desarrollando su último ciclo celular antes de iniciar la diferenciación [7].
En resumen, nuestro trabajo pretende entender la coordinación entre el transcriptoma, el epigenoma y el origenoma que es fundamental para el desarrollo de los organismos.
Referencias:
- Gutierrez C. 25 years of cell cycle research: what’s ahead? Trends Plant Sci 21: 823-833 (2016).
- Fernandez-Marcos M, et al. control of Arabidopsis lateral root primordium boundaries by MYB36. New Phytol 213:105-112 (2017).
- Sequeira-Mendes J, et al. The functional topography of the Arabidopsis genome is organized in a reduced number of linear motifs of chromatin states. Plant Cell 26:2351-2366 (2014).
- Costas C, et al: Genome-wide mapping of Arabidopsis thaliana origins of DNA replication and their associated epigenetic marks. Nature Struct Mol Biol 18:395-400 (2011).
- Gutierrez C, Desvoyes B, Vergara Z, Otero S, Sequeira-Mendes J: Links of genome replication, transcriptional silencing and chromatin dynamics. Curr Opin Plant Biol 34:92-99 (2016).
- Stroud H, et al.Genome-wide analysis of histone H3.1 and H3.3 variants in Arabidopsis thaliana. Proc Natl Acad Sci U S A 109:5370-5375 (2012).
- Otero S, et al. Histone H3 dynamics uncovers domains with distinct proliferation potential in the Arabidopsis root. Plant Cell 28:1361-1371 (2016).