Entrevista a Enrique Samper

"Si preparamos a los universitarios para un mundo local y lineal, lo estaremos haciendo mal. Hoy el mundo es muy internacional y las oportunidades están en sectores tecnológicos exponenciales. Pero el interés y la pasión lo deben tener ellos."

P-. ¿Podría hacernos un breve repaso de su recorrido profesional?

R-. Los pasos que he dado para mi formación en España y en el extranjero me han servido para tener posiciones interesantes y fructíferas tanto en la investigación como en la academia. Gracias a esta formación, tengo el privilegio de poder liderar una empresa puntera en genómica y haber desarrollado una importante e innovadora actividad científica.

Mi carrera profesional empezó cursando la licenciatura (Bachelor of Science), en Agronomía y Bioquímica en la Universidad Estatal de Michigan, en EEUU. Allí, desde el primer año y al mismo tiempo que estudiaba, empecé a trabajar por las tardes y fines de semana para un laboratorio de genética vegetal del United States Department of Agriculture, realizando tareas muy básicas. Según fui progresando, me cambié a un laboratorio puntero en biología molecular donde utilizaban la planta del tabaco y arabidopsis como modelo para estudiar la resistencia al frío. Mis estudios en Michigan fueron fundamentales en mi carrera por la exposición temprana al mundo de la investigación, con profesores de primera línea y clases muy especializadas. Posteriormente me fui a hacer un Master of Science en Biotecnología vegetal en un college de la Universidad de Londres, para estudiar el proceso de la senescencia y allí entendí que la investigación en humanos y modelos animales era mucho más avanzada que en plantas, al menos en aquel momento; así que me cambié de modelo. Como al principio no sabía nada, el profesor Carlos Martínez-Alonso, del Centro Nacional de Biotecnología, me dio la oportunidad de trabajar en el laboratorio de Tak W. Mak en el AMGEN Institute, con el investigador español José Luis de la Pompa, donde estudiábamos ratones knock-out de dos proteínas fundamentales en la vía de Notch, RBPJK y NFAT1, y publicamos un par de artículos en Nature y Development. Al regresar a España, empece la Tesis en el laboratorio de María Blasco en el Centro Nacional de Biotecnología, gracias a la beca que me dio el departamento. Empezamos tres estudiantes, Luis Martín Rivera, Eloísa Herrera y yo. Mi Tesis trataba sobre la telomerasa y otras encimas de reparación de ADN con funciones en el mantenimiento telomérico, poniendo a punto la mayoría de las técnicas de medición telomérica, como el Q-FISH, el TRF, el G-strandoverhang, y la citogenética molecular, FISH, SKY, painting cromosómico, estudio de aberraciones cromosómicas etc. Durante la Tesis en el laboratorio de María Blasco, publiqué 18 artículos científicos en revistas como Cell, Nature Genetics, Embo, J. Exp. Med., etc. Fue una época muy intensa, de mucho trabajo y también de muchas colaboraciones. Entre ellas, conocí a uno de mis socios y co-fundador de NIMGenetics , Juan Cruz Cigudosa.
Posteriormente a mi Tesis doctoral, me fui a California al Buck Institute for Aging Research, centro puntero en el mundo en la investigación del envejecimiento, a trabajar con Simon Melov, y a colaborar también con Judy Campisi en el estudio de la influencia del estrés oxidativo con ratones knock-out para SOD2, la superóxido dismutasa mitocondrial.

De vuelta a España, conseguí un contrato Ramón y Cajal, uno de los pocos que se daban, y me fui a trabajar con Antonio Bernad; primero al C.N.B., y después al C.N.I.C. Allí trabajé otros cinco años en dos temas: las funciones de la polimerasa mu, de la familia de polX, y la senescencia de las células madre mesenquimales. Después del Ramón y Cajal, decidí dedicarme completamente a NIMGenetics, compañía que co-fundé, ejerciendo de Presidente desde 2008. Para poder dirigir profesionalmente la compañía, me formé en emprendimiento, primero en el Instituto de Empresa, y luego en Dirección Ejecutiva, ESADE, IESE, y Harvard Business School, así como en la Escuela de Organización Industrial. La transición de biólogo molecular a empresario no es sencilla, y requiere formación especializada y continua. Uno nunca sabe lo suficiente.

P-. ¿Cómo surgió su interés por la Bioquímica?

R-. En mi caso fue vocacional, me gustaba ver crecer las plantas desde muy pequeño. Creo recordar que tenía 4 años cuando empecé a hacer experimentos con plantas. Desde luego mi interés formal empezó en Michigan. ¡Qué suerte tener aquellos profesores tan magníficos!

P-. ¿Cómo surgió la idea de dedicarse a la actividad que desarrolla actualmente?

R-. Desde la universidad en EE.UU., tenía la idea de «montar algo». Allí se tienen conversaciones de emprendimiento desde el principio de la carrera. Estando en el Buck Institute en California, lo vi claro. Había que darle salida a la tecnología de los microarrays, en la clínica. Cuando llegué a España lo tenía ya decidido. Montaría una empresa de Healthcare. Hoy NIMGenetics es una empresa puntera en España en el área del diagnóstico genético con las últimas herramientas. Empleamos a 70 personas y crecemos a un 30-40% anual.

P-. ¿Qué consejo daría a los alumnos que están estudiando hoy por hoy Bioquímicas?

R-. Que se formen lo mejor posible y que trabajen muy duro en lo que más les gusta. Solo llegan a puestos directivos (Investigador Principal) unos pocos que tienen un fantástico CV y suerte en sus investigaciones y publicaciones.

Además, como aprendí en mi etapa de estudiante en Michigan, hay que estudiar muchas más cosas además de las que se incluyen en tu plan de estudios. Es fundamental el idioma inglés a alto nivel, y tener nociones de dirección de personas, algo de economía, y leer mucho. Hoy, el mundo y las oportunidades son globales y hay que prepararse para competir con los mejores de las mejores universidades. Si preparamos a los universitarios para un mundo local y lineal, lo estaremos haciendo mal. Hoy el mundo es muy internacional y las oportunidades están en sectores tecnológicos exponenciales. Pero el interés y la pasión lo deben tener ellos.

P-. ¿Qué pasos son los que hay que seguir, según usted, tras obtener el título?

R-. Bueno, hay muchos caminos. El mío fue un poco diferente. Desde luego la especialización es fundamental. Si tienes clarísimo que quieres ser investigador, hay que informarse hablando con varios profesionales de la ciencia sobre cómo es la profesión. Después se debe acudir al mejor laboratorio que se conozca y para ello, a veces es necesario hacerse un máster o trabajar en el extranjero un tiempo para prepararse. En ciencia, solo se llega al top estando con gente top. Eso lo aprendí de María Blasco. Sobran muchos biólogos/bioquímicos para las oportunidades que hay en España.

Otra vía es hacer una licenciatura, un máster científico y después un MBA. Esta vía es mejor para trabajar en la industria o montar una empresa.

P-. ¿Trabajar en España, o probar en el extranjero?

R-. En los dos sitios. Mi experiencia me ha enseñado que cuanta más exposición internacional, mejor. Irse de España a un buen sitio es una grandísima oportunidad de crecimiento en todos los sentidos. Hoy en día, es imprescindible tener una parte de la formación y trabajo en el extranjero. El mundo es global.