P-. ¿Podría hacernos un breve repaso de su recorrido profesional?
R-. Estudié Bioquímica en la Universidad de Barcelona y al terminar mis estudios, empecé la tesis doctoral en el grupo de Inmunología del Dr. Antonio Celada (Dpto. Fisiología, Facultad de Biología Universidad de Barcelona). Durante estos primeros años de carrera profesional, compaginé los trabajos correspondientes a mi tesis doctoral y la colaboración con una empresa farmacéutica, Pierre Fabre, en un proyecto de desarrollo de una nueva vacuna contra la gripe. Esta colaboración me permitió empezar a descubrir las diferencias existentes entre la investigación básica de un laboratorio académico y la investigación aplicada de la industria farmacéutica.
Una vez terminada mi tesis preparé las maletas y crucé el charco como tantos otros investigadores españoles, para realizar mi estancia post-doctoral. En mi caso, la ciudad elegida fue Nueva York, integrándome en el laboratorio del Dr. Lionel Ivashkiv (Dept. Immunology, Cornell University). Además de los cambios obvios que supone un nuevo país de residencia (nuevo idioma, nueva ciudad, nuevos amigos, nueva casa, nuevo todo….), me vi expuesta a un cambio más importante y relevante en la orientación de mi carrera profesional: el hecho de que el laboratorio estuviera integrado en un hospital hacía pivotar nuestra investigación en torno al paciente y a la mejora directa de determinadas patologías.
Cuando ya llevaba unos años disfrutando de la ciencia en Estados Unidos y también hay que decirlo, de la ciudad de Nueva York, una llamada imprevista hizo que mi carrera diera un giro de 360 grados. Se me ofrecía la oportunidad de volver a España, en concreto a un pequeño pueblo de la provincia de Girona, Amer, donde está una de las compañías farmacéuticas veterinarias más importantes del mundo, HIPRA. No acepté de inmediato, resistiéndome inicialmente …… ¿Volver? ¿Y no a un laboratorio académico? ¿A una empresa? ¿Y veterinaria?….Después de una visita a las instalaciones me sorprendió el nivel de sofisticación técnica así como el pensar que los conocimientos de Inmunología y Bioquímica que había ido adquiriendo a lo largo de los años previos, podían ser útiles para la obtención de un producto con valor comercial, en este caso vacunas. Así es cómo dejé un viernes las calles de Manhattan para empezar el siguiente lunes a trabajar en Amer. Los cuatro años que estuve allí fueron una inmersión en el mundo empresarial. Aprendí conceptos que jamás pensé que a una Bioquímica, a una investigadora como yo podrían interesarle….valor comercial de un producto desarrollado desde I+D, project management, desarrollo de negocio, ventajas competitivas de un producto…. Descubrí que había otra forma de hacer I+D que me gustaba y con la que también disfrutaba.
Tras cuatro años en HIPRA, ya convertida y convencida de ser una investigadora «industrial», volví a Barcelona a trabajar como responsable del Departamento de Bioquímica y Biología Celular en Laboratorios SALVAT, empresa farmacéutica en salud humana con más de 60 años de historia. Durante los diez años que trabajé en SALVAT participé en diferentes proyectos de investigación: tanto en desarrollo de nuevas moléculas, un nuevo producto de terapia celular y diferentes productos sanitarios, un abanico bastante amplio de los diferentes productos que la industria farmacéutica puede ofrecer. En cada uno de estos proyectos fueron claves los diferentes conocimientos de Bioquímica, Biología Molecular y Biología Celular que había adquirido durante la carrera y las diferentes posiciones profesionales que ocupé posteriormente.
Desde el pasado año 2015, estoy embarcada en una nueva aventura profesional. A partir de uno de los proyectos de investigación generados en SALVAT, se constituyó una empresa spin off llamada Spiral Therapeutics cuyo objetivo es el desarrollo de productos para la prevención de sordera. En esta nueva empresa soy la Directora Científica (Chief Scientific Officer).
Casi veinte años después de haberme ido a Nueva York, vuelvo a instalaciones de la Universidad de Barcelona, al Parc Científic, donde está instalada la I+D de la compañía. Cada una de las asignaturas de Bioquímica, cada minuto de las prácticas, cada nueva experiencia en un nuevo laboratorio, cada tema de investigación en los que he trabajado (tan diferentes entre ellos!)… son los que me han traído hasta aquí. Espero seguir disfrutando de la Bioquímica y la investigación durante muchos años más.
P-. ¿Cómo surgió su interés por la Bioquímica?
R-. En la época en que yo empecé los estudios universitarios, no existía la carrera de Bioquímica como tal. Normalmente se accedía a través de o bien la Licenciatura de Químicas o la de Biología, realizando una especialización los dos últimos años de la carrera. En mi caso realicé el primer ciclo de Ciencias Químicas sin tener una clara vocación inicial por la Bioquímica. Sin embargo, descubrí que los viernes se realizaban unos seminarios de investigación en el Departamento de Bioquímica de la Facultad. Empecé asistiendo a ellos por mera curiosidad sin realmente entender mucho de lo que explicaban pero me fascinaban e hipnotizaban cosas que ahora me parecen tan simples como las fotos de células, la posibilidad de cortar y pegar un gen o el poder reproducir patologías humanas en modelos animales. Todo ello me llevó a que la hora de elegir especialidad, no sólo eligiera Bioquímica sino que abandonara la Facultad de Químicas para pasar a ser parte de la segunda promoción del nuevo plan de estudios de Bioquímica como carrera. Eso supuso una revolución: disfruté cada hora y cada minuto de todas las asignaturas y prácticas que realicé…. Ya no hubo marcha atrás, casi de manera accidental había descubierto mi vocación y mi futuro profesional.
P-. ¿Cómo surgió la idea de dedicarse a la actividad que desarrolla actualmente?
R-. Si me hubieran preguntado al inicio de mis estudios de Bioquímica a qué me quería dedicar profesionalmente, probablemente hubiera contestado que mi mayor ilusión era dedicarme a la investigación básica en un laboratorio académico. Probablemente una respuesta motivada por el desconocimiento de las diferentes oportunidades laborales que un licenciado en Bioquímica puede optar al finalizar sus estudios. En mi caso he tenido la suerte de poder explorar diferentes opciones profesionales: investigación académica, médica, veterinaria, farmacéutica y finalmente biotech. Ello me ha permitido elegir centrar mis esfuerzos profesionales en mi posición actual.
P-. ¿Qué consejo daría a los alumnos que están estudiando hoy por hoy Bioquímicas?
R-. Les daría dos consejos, que disfruten y que no pierdan ni un minuto de la oportunidad que supone tener acceso a una formación de elevada calidad como la que ofrecen las Facultades españolas.
P-. ¿Qué pasos son los que hay que seguir, según usted, tras obtener el título?
R-. Creo que hay tres pasos que son clave: explorar diferentes opciones intentando hablar con Bioquímicos que estén trabajando en diferentes campos. No dejar de aprender: hay que hacer estancias en laboratorios, complementar estudios, asistir a conferencias… incluso aprender cosas que salgan de la zona de confort de un Bioquímico/a. Y finalmente, dedicarse sólo a lo que de verdad les motive, sino es muy difícil alcanzar el éxito profesional.
P-. ¿Trabajar en España, o probar en el extranjero?
R-. No hay que ponerse límites ni pensar que decidir quedarse o irse ha de ser algo para el resto de la vida. En el extranjero probablemente sea más fácil encontrar diversidad de oportunidades laborales para un Bioquímico pero no debemos olvidar que en España cada vez más, aparecen nuevas oportunidades en el sector.
Yo probablemente recomendaría una opción mixta. Irse al extranjero una temporada supone un enriquecimiento personal y profesional muy recomendable. Y también es muy recomendable volver a casa para enriquecernos todos con lo aprendido fuera.