Sara consiguió su doctorado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Complutense de Madrid en 2017, obteniendo el Premio Extraordinario de Doctorado. Posteriormente, realizó una estancia de dos años en el departamento de Biología Celular de Harvard Medical School. En 2019 se reincorporó a la UCM como personal docente e investigador, trabajo que compagina con la actividad musical en varias orquestas como violinista, instrumento que toca desde hace más de 20 años. Desde julio de 2020, Sara es vocal de Cónsules jóvenes, Educación secundaria y Universidad de la SEBBM.
P.- Cuéntanos brevemente qué proyecto estáis haciendo en el laboratorio.
R.- El grupo de Proteínas Tóxicas en el que trabajo lleva décadas estudiando la relación estructura-función de proteínas formadoras de poros del veneno de anémonas marinas y, más recientemente, de araña viuda negra. Gracias a mi estancia en Harvard Medical School, hemos abierto una nueva línea de investigación para estudiar una de las proteínas que participa en la vía de señalización celular Hedgehog, implicada en el desarrollo embrionario de animales y en la aparición de distintos tipos de tumores.
P.- ¿Por qué eres científica?
R.- En mi familia siempre han bromeado con que de pequeña me encantaba mezclar todos los sobrantes de las copas y los platos de las comidas en las que nos reuníamos, como si fueran pequeños experimentos. Según ellos, aquél fue el comienzo de mi interés y curiosidad por el mundo de la ciencia y el laboratorio, que hoy en día conservo más vivos que nunca.
«Todos asumimos que es normal tener un contrato temporal con 40 años y no debería serlo, especialmente cuando somos personas con una formación excepcional.»
P.- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
R.- Precisamente lo que más me gusta de mi trabajo sigue siendo eso, el “cacharreo” (el wet bench, como dicen al otro lado del Atlántico). Me gustaría que, en el futuro, sea cual sea mi posición, pueda seguir sacando tiempo de vez en cuando para despegar la nariz del ordenador y salir a la poyata a pipetear.
P.- ¿Qué es lo que menos te gusta?
R.- Lo que menos me gusta es la inestabilidad que por lo general es inherente a esta profesión. Todos asumimos que es normal tener un contrato temporal con 40 años y no debería serlo, especialmente cuando somos personas con una formación excepcional. Y la falta de financiación, claro. Esperemos que ambas cosas cambien en un futuro próximo.
P.- ¿Crees que ha sido complicado llegar a la situación profesional en la que te encuentras ahora?
R.- Siempre he tenido muy claro a dónde quería llegar. No sé si la palabra que usaría es “complicado”, lo que está claro es que ha costado muchísimo esfuerzo. Pero es que sin trabajo duro no se consigue nada que merezca la pena en esta vida.
P.- ¿Piensas que tu trayectoria profesional hubiera sido diferente si no hubieras sido mujer? ¿Por qué?
R.- Pues la verdad es que no. El apoyo de mi familia ha sido constante y nadie me ha hecho jamás comentarios que implicasen que como mujer no tendría futuro en este ámbito. Después tuve la suerte de formarme en un laboratorio en el que mi género nunca ha tenido la más mínima importancia y creo que mi trayectoria hubiese sido la misma.
P.- ¿Cuáles crees que son los principales retos para alcanzar la igualdad de las mujeres en la carrera científica?
R.- Ha quedado plenamente demostrado a lo largo de la historia que las mujeres son igual de brillantes a la hora de hacer ciencia que sus colegas masculinos. Supongo que los retos para alcanzar la igualdad en la carrera científica son reflejo de los retos en la sociedad en general, como la corresponsabilidad parental, para que las mujeres puedan dedicar el tiempo que quieran a su trabajo.
«Es imprescindible que las niñas conozcan a Marie Curie, pero también hay que hacerles ver que, aunque no llegasen a ganar el premio Nobel, pueden ser buenas científicas»
P.- ¿Cómo crees que se puede promover la igualdad de oportunidades de las mujeres?
R.- Yo creo que hoy en día lo estamos haciendo muy bien, con las actividades de divulgación que se organizan en colegios, por ejemplo. Lo importante es seguir trabajando para que los niños y las niñas, desde una edad temprana, tengan referentes que les permitan ver que se puede triunfar en cualquier campo sin importar tu género.
P.- Propón una mujer líder en el ambito científico que destacarías como referente.
R.- Creo que no es necesario que una mujer sea líder para tenerla como referente. Mis referentes son las compañeras con las que trabajo día a día y que disfrutan de la ciencia igual que lo hago yo. Es imprescindible que las niñas conozcan a Marie Curie, pero también hay que hacerles ver que, aunque no llegasen a ganar el premio Nobel, pueden ser buenas científicas.