María consiguió su doctorado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid en 1997, obteniendo el Premio Extraordinario de Doctorado. Posteriormente, realizó una estancia de cuatro años en el departamento de Biología Celular de Harvard Medical School. En 2002 se reincorporó al CIB con un contrato RyC, posteriormente trabajó en el CNIC, ya como jefe de grupo independiente, y en 2011 se incorporó al IIBm donde trabaja actualmente como Científico Titular, CSIC. Actualmente es vicedirectora del GEIRLI y desde julio de 2020, es vocal de Empresas de la SEBBM.
P.- Cuéntanos brevemente qué proyecto estáis haciendo en el laboratorio.
R.- El trabajo de nuestro grupo se centra en el estudio de la importancia en salud humana del mantenimiento de la hórmesis mitocondrial, es decir, de la capacidad de regular la actividad de la mitocondria en respuesta a cambios en la demanda energética. Pensamos que la perdida de esta plasticidad está en la base de muchas enfermedades relacionadas con el metabolismo, y nos centramos en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, la enfermedad del hígado graso no alcohólico y el cáncer. Tenemos, o intentamos tener una perspectiva translacional, es decir, analizamos por una parte los mecanismos básicos a nivel molecular, usando modelos celulares, también tenemos modelos animales de enfermedad, y colaboramos con clínicos que nos proporcionan muestras humanas y que analizamos con la idea de encontrar y validar biomarcadores con valor pronóstico y diagnóstico. También colaboramos con la empresa, y nos planteamos desarrollar un proyecto de emprendimiento para llevar al mercado nuestros desarrollos, a ver si lo conseguimos.
P.- ¿Por qué eres científica?
R.- Me vais a permitir que empiece por contestar a otra pregunta, y es ¿por qué soy Bióloga?, pues la culpa la tiene, como en muchos biólogos de mi generación, Felix Rodríguez de la Fuente, que me enseñó a amar la naturaleza, algo que todavía es mi pasión. Pero ¿por qué me dio por la ciencia?, la culpa la tiene mi tía Concha, ella hizo Biología, Farmacia, el FIR, empezó Medicina, y dejo una tesis doctoral a medias. Descubrió la pasión por la ciencia, el entonces emergente mundo de la biología molecular, y se quedó con el gusanillo de haber conseguido ser científica, y todo eso me lo transmitió a mí, que era una enamorada de la biología, por culpa de Felix, y que soñaba con tener un trabajo divertido y apasionante, y este fue el resultado del coctel.
«¿Por qué soy Bióloga?, pues la culpa la tiene, como en muchos biólogos de mi generación, Felix Rodríguez de la Fuente, que me enseñó a amar la naturaleza»
P.- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
R.- Que creo en él. El pensar en que lo que hago en el día a día puede ayudar a la gente, tener una utilidad. Y desde luego, que nunca es aburrido, que siempre hay un reto, algo que descubrir, entender y desarrollar, que la monotonía no es posible. Otro aspecto a resaltar, desde mi punto de vista, es que estamos siempre en movimiento, siempre aprendiendo, siempre cambiando, no hay zona de confort. Cuando el concepto de “salir de la zona de confort” se puso de moda, a mí me parecía absurdo, pensaba: “¿Confort? ¿Qué es eso?”
P.- ¿Qué es lo que menos te gusta?
R.- Pues lo que no nos gusta a nadie, la burocracia, el que para cada paso que das tengas que rellenar quinientos formularios e informes, nos hace perder mucha efectividad, lo que me da mucha rabia. Pero, en lugar de disminuir con el tiempo, la carga burocrática va en aumento en un ciclo que parece infinito e imparable. Lo único que me consuela es que en este aspecto, los científicos no somos únicos, este problema se extiende a cualquier área laboral o de actividad económica.
P.- ¿Crees que ha sido complicado llegar a la situación profesional en la que te encuentras ahora?
R.- No ha sido fácil, pero no me puedo quejar. Me gustaría que las cosas fueran de otra manera, sobre todo, porque a lo largo de mi carrera he visto y sigo viendo como gente super-valiosa se ha ido y se sigue quedando fuera del sistema, por motivos que no se justifican con la excelencia científica. Por no hablar de todas las personas que, con muchos años y experiencia a sus espaldas no tienen todavía un contrato medianamente estable. En general, creo que esta carrera es innecesariamente difícil y mal pagada, y eso desanima a mucha gente valiosa.
P.- ¿Piensas que tu trayectoria profesional hubiera sido diferente si no hubieras sido mujer? ¿Por qué?
R.- Quizá, no lo sé. Aunque yo, como todas las mujeres, creo, me he sentido a veces tratada diferente por ser mujer, me es muy difícil evaluar hasta qué punto esto ha influido en mi carrera, para bien o para mal, o si lo ha hecho en absoluto. En cambio, en estos momentos, en los que los hombres están en el punto de mira, casi me apetece más abordar este problema de manera diferente, y agradecer, desde aquí, la ayuda, apoyo y confianza que me han prestado todos mis amigos científicos, compañeros, mentores, estudiantes a mi cargo y colaboradores de sexo masculino. Sin su ayuda, yo no estaría hoy aquí, y habéis sido muchos. ¡Muchas gracias!
P.- ¿Cuáles crees que son los principales retos para alcanzar la igualdad de las mujeres en la carrera científica?
R.- En general, no creo que se discrimine a las mujeres en el ámbito laboral en el que yo me muevo. Creo que la principal desigualdad es que es más frecuente que las mujeres abandonen la carrera científica que los hombres. Y esto suele ocurrir por dos motivos, uno porque dentro de la pareja se acepta muy frecuentemente el liderazgo profesional del hombre, y dos porque no hay una igualdad real en casa, a la hora de atender los temas domésticos.
Eso no quiere decir que no haya otros ámbitos en los que esto si puede ocurrir, de hecho, me consta que tal es el caso.
«Estamos siempre en movimiento, siempre aprendiendo, siempre cambiando, no hay zona de confort. Cuando el concepto de “salir de la zona de confort” se puso de moda, a mí me parecía absurdo, pensaba: “¿Confort? ¿Qué es eso?»
P.- ¿Cómo crees que se puede promover la igualdad de oportunidades de las mujeres?
R.- No tengo propuestas que no se hayan probado ya, no soy tan original, lo siento. Solo resaltar que me parce buena idea publicitar la existencia de mujeres líderes en distintos ámbitos, y que pienso que las principales culpables de que siga existiendo el machismo somos las mujeres. ¡Cuanto machismo es claramente femenino!
P.- Propón una mujer líder en el ambito científico que destacarías como referente.
R.- No hay dudas, Margarita Salas. Ella fue mi directora de tesis, tuve ese privilegio. No hace falta que diga aquí que fue una científica de una calidad como la de pocos. Si que me gustaría resaltar que fue una MUJER con mayúsculas. Que una persona no tiene por qué renunciar a su sexo, ni a las innegables cualidades asociadas a su sexo, para tener éxito profesional, y ella fue en este sentido un extraordinario referente. Para mí fue una madre científica, cuidaba de nosotros, sus estudiantes, con un cariño y una dedicación que mis pobres palabras no pueden llegar a expresar. Si a alguien debo el haber llegado hasta aquí, es a ella. ¡Gracias Margarita! ¡Tus estudiantes no te olvidan!