Malú Martínez-Chantar es Doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid.
La Dr. Martínez-Chantar tiene una amplia experiencia en el estudio de la biología y las enfermedades hepáticas con una trayectoria de alto nivel de productividad en revistas del primer decil. Su laboratorio ha recibido financiación ininterrumpidamente de fondos competitivos públicos y privados, tanto nacionales como internacionales. Coordina el Área Traslacional del Ciber de Enfermedades Hepáticas y Digestivas y es parte del Comité Científico asesor del Centro de Medicina Molecular de Niza, IDIVAL e IDIBAPS. Ha participado activamente en diferentes redes como Women in Hepatology, Registro Hepamet, Red de Excelencia de MetaboCancer y diversas acciones COST europeas. Sus contratos con empresas farmacéuticas, han originado 5 solicitudes de patentes y 2 productos licenciados.
P.- Cuéntanos brevemente qué proyecto estáis haciendo en el laboratorio.
R.- Cómo indica el nombre de nuestro laboratorio, nos centramos en identificar y caracterizar los mecanismos moleculares implicados en el desarrollo de las patologías hepáticas. Nuestra investigación está enfocada en tres grandes áreas actualmente: (1) Las modificaciones postraduccionales que confieren una respuesta rápida flexible y versátil a los cambios fisiológicos y patológicos que se producen en el hígado enfermo; (2) las alteraciones en la homeostasis de los cationes, lo que denominamos “metallomics“ y finalmente, (3) las causas que subyacen en la pérdida de función de las mitocondrias, principales orgánulos celulares en la producción de energía.
Somos un laboratorio que estudia cuidadosamente los mecanismos del metabolismo, pero desde un enfoque traslacional, siempre buscando nuevas terapias y estrategias que proporcionen un beneficio para el paciente.
P.- ¿Por qué eres científica?
R.- Creo que ser científica no sólo es una profesión sino es una forma de ser. Me mueve la curiosidad en mi día a día, quiero entender el porqué y el cómo de los procesos que analizamos en el laboratorio y persigo conseguir, aunque sea con un pequeñísimo granito, un mundo mejor.
«Creo que ser científica no sólo es una profesión sino es una forma de ser»
P.- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
R.- Descifrar una pequeña parte de ese inmenso puzzle al que nos enfrentamos cada mañana los científicos cuando llegamos a nuestros laboratorios es lo que me apasiona. Tengo la gran suerte de poder dedicarme cada día a mi hobby. Por supuesto también me motiva el trabajo en equipo, la sensación de remar todos hacia el mismo objetivo, la pasión que en general mueve al científico, el pensamiento crítico, la discusión, las ganas de aprender y de conocer.
P.- ¿Qué es lo que menos te gusta?
R.- La incertidumbre y la inestabilidad laboral, y el peso burocrático, que cada vez son mayores. La exigencia de mostrar una mal entendida “excelencia”, evaluada en muchas ocasiones por parámetros no científicos, en números y marcadores que además son variables anualmente, y que desvían y ralentizan al científico de lo que, en mi opinión, debería ser su objetivo principal, la búsqueda del conocimiento y de sus posibles aplicaciones en beneficio de la sociedad. La terrible burocracia y la exigencia de resultados inmediatos, obliga al científico a convertirse en un gestor de proyectos cortoplacistas que lo abocan a asumir un riesgo mínimo.
P.- ¿Crees que ha sido complicado llegar a la situación profesional en la que te encuentras ahora?
R.- Por supuesto ha sido duro, complicado, pero como les ha ocurrido a otras muchas compañeras que nos dedicamos a la ciencia. Sabemos lo que significa ser científico en España. Podemos tener un cierto reconocimiento social pero lo que realmente necesitamos para desarrollar nuestro trabajo es estabilidad y un buen nivel de financiación y lamentablemente estas necesidades no están realmente reconocidas en este país. En España hay muchos y muy buenos científicos y me parece terriblemente injusto que en nuestros laboratorios se formen estudiantes brillantes que “exportemos” a otros países por falta de posibilidades en este. Existe un enorme desequilibrio entre la inversión económica y el tiempo que dedicamos a la formación de científicos en sus primeras etapas profesionales y el beneficio que obtenemos de ellos cuando ya han alcanzado una alta cualificación y no pueden establecerse en nuestro país en un porcentaje muy significativo. Llevamos demasiadas décadas en esta misma situación.
Necesitamos que la sociedad se convenza de la importancia y del retorno que conlleva la inversión en ciencia en su día a día y que fuercen en consecuencia un cambio de política científica en nuestro país. La ciencia no puede ni debe ser un lujo en una sociedad avanzada. Es una necesidad para seguir progresando. Por nuestra parte, debemos de hacer un esfuerzo en la divulgación y el acercamiento de nuestros hallazgos a los diferentes sectores de la sociedad, aprendiendo a transmitir lo que sabemos y alcanzamos. Tenemos que pasar “más tiempo juntos”, que los estudiantes conozcan nuestros centros, que las asociaciones de pacientes nos visiten, que se invierta en cultura científica. Creo que, si la población conociera más directamente lo que hacemos, nos apoyarían y terminarían exigiendo un cambio y una mayor inversión. Los países más avanzados son los que más invierten en ciencia y tecnología.
P.- ¿Piensas que tu trayectoria profesional hubiera sido diferente si no hubieras sido mujer? ¿Por qué?
R.- Creo que sí, probablemente las cosas hubieran sido más sencillas. En esta sociedad sigue existiendo un sesgo en el género que solo vamos a poder “borrar” con educación.
De todas maneras, nunca me ha parado iniciar un proyecto o una nueva actividad el hecho de ser mujer. Eso sí, siempre he contado con el apoyo de mi pareja también científico con el que he compartido responsabilidades familiares.
P.- ¿Cuáles crees que son los principales retos para alcanzar la igualdad de las mujeres en la carrera científica?
R.- Creo que hemos comenzado a andar en este sentido y el primer paso ha sido reconocer que realmente hay un problema de desigualdad y de oportunidades en la carrera profesional de las científicas.
Miramos alrededor todos los días en nuestro laboratorio y vemos que principalmente nuestros equipos de investigación están formados por mujeres, pero a medida que vamos avanzando en responsabilidad y en cargos directivos el número de ellas disminuye dramática e injustificadamente. De hecho, en muchas instituciones, el número de mujeres que lideran grupos de investigación es significativamente menor y nos preguntamos ¿Dónde están esas magnificas investigadoras? No hay razón para pensar que las mujeres no reunimos las actitudes necesarias para alcanzar esos puestos de responsabilidad. Por tanto, se trata principalmente de un problema de conciliación familiar, del rol que ha tenido tradicionalmente la mujer en la familia y este hecho tiene que cambiar.
«Hay que realizar un gran esfuerzo e inversión en educar en la igualdad desde etapas muy tempranas, desde los colegios a las universidades»
P.- ¿Cómo crees que se puede promover la igualdad de oportunidades de las mujeres?
R.- Primero, hay que realizar un gran esfuerzo e inversión en educar en la igualdad desde etapas muy tempranas, desde los colegios a las universidades.
Segundo, las mujeres científicas tenemos la gran responsabilidad de mostrarnos como ejemplo de muchas niñas y adolescentes. Debemos enseñarles que, si nosotras hemos alcanzado nuestras metas, ellas también pueden hacerlo, y que hoy en día no hay cabida para los estereotipos profesionales.
Tercero, generar un sentimiento de corporativismo, de networking entre nosotras donde encontremos la ayuda y el apoyo necesario para conseguir nuestras metas y finalmente, también son muy necesarias las actividades que fomenten y conciencien en la necesidad de una igualdad de género desde las instituciones.
P.- Propón una mujer líder en el ámbito científico que destacarías como referente.
R.- Soy incapaz de destacar solo a una mujer como referente. Mi carrera científica ha estado repleta de estudiantes, compañeras, y mentoras a las que admiro y respeto muchísimo. Mujeres brillantes, valientes, divertidas y luchadoras con la que he compartido momentos únicos y espero seguir haciéndolo.