Entrevista a Maite Huarte

Es licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Navarra, obteniendo su doctorado en 2003 en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC) por la Universidad Autónoma de Madrid.

Trabajó como postdoctoral en Harvard y en el Instituto Broad de Harvard y el MIT. Desde 2011 lidera un grupo de investigación en el CIMA de la Universidad de Navarra.

P.- Cuéntanos brevemente qué proyecto estáis haciendo en el laboratorio.

R.- En el laboratorio estudiamos cómo los RNAs largos no-codificantes (lncRNAs) regulan la expresión génica y el genoma de las células del cáncer. Los lncRNAs son muy especiales: no codifican proteínas y a pesar de ello tienen importantes funciones. Aunque nuestro genoma expresa decenas de miles de lncRNAs, prácticamente desconocemos su función, hay muchísimo por descubrir.

P.- ¿Por qué eres científica?

R.- Creo que lo que me atrajo hacia este trabajo es la fascinación por el descubrimiento. Ya de niña me encantaba la naturaleza, los animales y las plantas, y curioseaba todo a mi alrededor. Un poco más mayor, en el instituto, recuerdo como una gran revelación el día en que mi profesor nos explicó el funcionamiento del código genético. Hacer investigación es perseguir ese momento tan emocionante de la revelación. Es el trabajo más bonito del mundo.

«Lo que me atrajo hacia este trabajo es la fascinación por el descubrimiento»

P.- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

R.- Me gusta mucho el día a día del laboratorio, aunque ha cambiado bastante a lo largo de los años. Por ejemplo, ya no trabajo en la poyata, que me gusta, pero disfruto mucho discutiendo los resultados con los estudiantes y postdocs, y hablando de los trabajos publicados por otros grupos. También me da mucha satisfacción ver cómo los estudiantes aprenden y crecen como científicos.

P.- ¿Qué es lo que menos te gusta?

R.- Como jefa de un grupo soy responsable de conseguir la financiación para investigar y pagar los sueldos de las personas que están en él. Esto da muchas preocupaciones y ocupa gran parte de mi tiempo. La burocracia absurda también es algo que me resulta bastante frustrante. Todo esto va en detrimento de que los investigadores hagamos la mejor ciencia posible, que debería ser nuestro trabajo.

P.- ¿Crees que ha sido complicado llegar a la situación profesional en la que te encuentras ahora?

R.- Ha sido el resultado de muchos años de trabajo y esfuerzo. Hubo momentos difíciles, por ejemplo cuando me pisaron un trabajo de varios años de postdoc en Harvard. En ese momento pensé que no podría conseguir llegar a tener un grupo de investigación. En perspectiva, buenas decisiones en mi carrera al elegir los laboratorios donde formarme, el trabajo constante y la determinación junto con algo de suerte es lo que me ha permitido llegar a mi posición actual.

P.- ¿Piensas que tu trayectoria profesional hubiera sido diferente si no hubieras sido mujer? ¿Por qué?

R.- Sí, totalmente. La ciencia es altamente competitiva, y aunque las leyes nos tratan por igual a mujeres y hombres (¡faltaría más!), las mujeres estamos en desventaja por muchos motivos, a veces intangibles. En mi caso la familia ha tenido mucho peso en mis decisiones profesionales, y mi educación ha tenido que ver. Por ejemplo, en el sentimiento de culpa por pasar tiempo alejada de mis hijos por trabajo. Creo que mis colegas hombres no lo viven así. A pesar de esto, soy afortunada en comparación con otras compañeras porque mi pareja me ha apoyado totalmente. Gracias a él puedo ser madre y científica.

P.- ¿Cuáles crees que son los principales retos para alcanzar la igualdad de las mujeres en la carrera científica?

R.- Un reto importante es conseguir que las mujeres lleguen a puestos de responsabilidad y liderazgo en similares proporciones que los hombres. Para cambiar esto tiene que cambiar la percepción de las capacidades de la mujer. Muchas veces esta percepción la alimentamos las propias mujeres, que nos autolimitamos por nuestras inseguridades.

«La ciencia es altamente competitiva, y aunque las leyes nos tratan por igual a
mujeres y hombres (¡faltaría más!), las mujeres estamos en desventaja por
muchos motivos, a veces intangibles»

P.- ¿Cómo crees que se puede promover la igualdad de oportunidades de las mujeres?

R.- Hay que educar a niños y niñas en igualdad, también dando ejemplo. Las concepciones y actitudes se graban en nuestro cerebro desde muy pequeños. Las niñas tienen que sentirse capaces de ser líderes y los niños tienen que asumir de forma natural las responsabilidades de la familia y la crianza de los hijos. Por supuesto, hay diferencias biológicas que no podemos obviar. La edad fértil de las mujeres coincide con un momento crítico de la carrera científica. Hay que legislar para que esto no suponga una desventaja para las mujeres.

P.- Propón una mujer líder en el ámbito científico que destacarías como referente.

R.- Yo admiro mucho a las mujeres que llegaron a ser grandes científicas en épocas anteriores, como Marie Curie o más recientemente Margarita Salas. Ellas sí que lo tuvieron difícil. Para destacar en las condiciones sociales de la época había que ser verdaderamente excepcional, casi de otra galaxia. Me inspiran ellas, su enorme talento, fuerza y determinación.