P.- ¿Podría resumirnos brevemente su trayectoria profesional?
R.- Estudié Ciencias Químicas y, tras un breve paso por la antigua Junta de Energía Nuclear, conocí a los doctores Salas y Viñuela, pioneros de la Biología Molecular en España. Me formé como biólogo molecular y trabajé en USA en Virología y Biología Celular. De vuelta a España, fui posiblemente el primero que se dedicó a trabajar en citoesqueleto (microtúbulos) y, dada la gran abundancia de tubulina en cerebro, me pasé a las Neurociencias, y de allí a la enfermedad de Alzheimer.
P.- ¿Repetiría su trayectoria en su totalidad?
R.- En mi trayectoria hubo varios cambios circunstanciales, por lo que no creo que repitiera todo tal y como lo he hecho.
P.- ¿Cuáles son desde su punto de vista las características que definen a un buen investigador? ¿Qué consejo daría a los que ahora inician sus carreras científicas?
R.- Tener mucha afición, tesón y no desanimarse. Sin estas cualidades un científico joven puede deprimirse fácilmente.
P.- ¿Cuál consideraría que ha sido el principal avance científico del siglo XX?
R.- Hablando de grandes áreas, y por lo que he leído y oído, creo que la Biología Molecular y la Física de partículas han avanzado considerablemente en el siglo XX.
P.- ¿Cuál es el avance científico que más le ha impresionado? ¿Cuál ha sido su mayor sorpresa en el área de investigación en la que trabaja?
R.- Muy recientemente me han impresionado los aspectos relacionados con las células iPS.
P.- ¿Cuál es su opinión sobre cómo está articulada la carrera científica en España? ¿Qué camino queda por recorrer en Ciencia e Innovación en nuestro país?
R.- Se dan muchas normas, hay mucha burocracia y cada vez hay menos dinero para proyectos. Deberíamos mejorar.