P.- ¿Cuándo surgió su vocación científica?
R.- Supongo que de niño me sentía atraído por los temas científicos, pero con la investigación científica ocurre lo que Lope de Vega decía del amor: «Quién lo probó lo sabe». Así que mi vocación surge de verdad cuando empiezo a hacer experimentos en el laboratorio del Prof. Esteban Santiago en Pamplona, cuando yo era estudiante de 2º de Medicina.
P.- ¿Le influyó alguien de forma especial?
R.- Fue determinante la asignatura de Bioquímica, que explicaba en 1º de Medicina el Prof. José María Macarulla, recientemente fallecido.
P.- ¿Recibió de joven algún consejo al cual siga siendo fiel?
R.- Me gustaría decir que sí, pero nunca he sido suficientemente listo (o humilde) como para atender a consejos.
P.- ¿Cuáles son desde su punto de vista las características que definen a un buen investigador?
R.- La investigación es una droga dura, pero que no engancha a todo el mundo. Para ser investigador lo primero es estar enganchado, y sentir mono cuando no tenemos la droga a mano. Todo lo demás (perseverancia, atención despierta, fortaleza frente a los fracasos) es una consecuencia de lo anterior. Margarita Salas ha dicho lo mismo de otra manera: «la investigación, si no es una pasión, no es nada». Ser inteligente ayuda.
P.- ¿Qué consejo daría a los que ahora inician su carrera científica?
R.- Si esto es lo que te gusta (si estás enganchado) no lo dudes, ¡adelante!
P.- ¿Cuál consideraría que ha sido el principal avance científico del siglo XX?
R.- La teoría de la relatividad y la teoría cuántica y el avance científico la conquista del espacio.