El día 10 de Diciembre de 2009 será entregado el Premio Nóbel de Química 2009 conjuntamente a tres investigadores, dos americanos y una israelí, por sus investigaciones relacionadas con la determinación de la estructura tridimensional a alta resolución de la maquinaria molecular celular denominada ribosoma. Dichos investigadores son: Thomas A. Steiz de la Universidad de Yale en Estados Unidos, Vekatraman Ramakrishnan del Laboratory of Molecular Biology en Cambridge, Reino Unido y Ada E. Yonath actualmente en el Instituto Weizmann de Israel.
Este premio reconoce los trabajos realizados a lo largo de más de treinta años, encaminados hacia la determinación de la forma tridimensional de una elemento central de la biología de todos las seres vivos, la maquinaria molecular responsable de la síntesis de nuevas proteínas, el ribosoma. En la segunda mitad del siglo XX se estableció conceptualmente lo que se denominó el Dogma Central de la Biología Molecular, el cual afirma que los seres vivos almacenan su información genética en forma de polímeros de DNA, que esta información es copiada a una versión de RNA y que dicha copia de RNA es interpretada («traducida») para dar lugar a una proteína. Las proteínas son los agentes que llevan a cabo en la célula la mayor parte de las funciones esenciales para su supervivencia. El ribosoma es responsable esta última fase, la síntesis de nuevas proteínas usando la copia en RNA del DNA. Este Dogma Central de la Biología Molecular ha vertebrado la investigación biológica desde los años cincuenta del siglo XX, cuando fue establecido, hasta la actualidad, donde se ha visto matizado y complementado.
El ribosoma está compuesto por una mezcla de RNA y proteínas, siendo el porcentaje de RNA 2/3 de su masa total y solamente 1/3 el de proteínas. El ribosoma está compuesto por dos subunidades que actúan de forma concertada, denominándose (en bacterias) subunidad pequeña o 30S (por su coeficiente de sedimentación) y subunidad grande o 50S. En conjunto, el ribosoma es una partícula enorme, que ha sido ampliamente estudiado durante más de cincuenta años mediante técnicas bioquímicas y genéticas, estableciéndose su ciclo funcional y los factores externos necesarios para su funcionamiento. Toda esta información necesitaba ser enmarcada en un contexto estructural para poder entender las bases químicas y físicas que rigen un proceso tan complejo como es la traducción. Para obtener dicha información estructural a nivel atómico, se precisa una sofisticada técnica biofísica, la difracción de rayos X. Dicha técnica se aplica sobre cristales tridimensionales de muestras biológicas, siendo este paso, la obtención de cristales de un tamaño adecuado y una capacidad de difracción alta, un paso limitante en esta técnica. A principios de los años 80 del siglo XX, se había aplicado de forma exitosa la difracción de rayos X para la obtención de información de alta resolución de diversos complejos macromoleculares, pero el ribosoma, debido a su enorme tamaño y a su compasión (principalmente RNA, mas sensible a la radiación X que las proteínas) se consideraba lejos del alcance de dicha técnica. Fue en ese momento cuando Ada Yonath, por aquel entonces en Alemania, se embarco en la búsqueda de una especie bacteriana susceptible de proporcionar ribosomas o sus subunidades, que fueran más fácilmente cristalizables y así, ser capaces de aplicar técnicas de difracción de rayos X. Tras una amplia búsqueda, se descubrieron diversas especies bacterianas y de arqueo-bacterias capaces de producir cristales que difractaban a una resolución media, entre las que destacaban dos especies, Thermus thermophilus y Haloarcula marismortii. A pesar de estos éxitos iniciales a principios de los 80, a lo largo de esa misma década y gran parte de la siguiente, no se produjeron avances significativos. Fue la participación de los laboratorios de Thoma A. Steinz y Vekatraman Ramakrishnan el impulso definitivo para, en torno al cambio de siglo, finalmente resolver la estructura tridimensional a alta resolución de ambas sub-unidades ribosomales.
Tras estos trabajos pioneros y fundamentales, en el presente siglo se ha producido una enorme cantidad de trabajo relacionado con la biología estructural de los ribosomas, destacando la resolución de complejos entre la subunidades 30S y 50S y diversos antibióticos, así como, la resolución de la estructura tridimensional del ribosoma completo bacteriano en complejo con tRNAs y mRNA. La información derivada de todo este conjunto de trabajos es increíblemente valiosa. A día de hoy se conoce a nivel atómico cómo el ribosoma es capaz de añadir nuevos aminoácidos a la proteína naciente con un grado de fidelidad asombroso y cómo interacciona el mRNA y los tRNAs con el ribosoma. Gran cantidad de complejos entre el ribosoma y proteínas accesorias están siendo resueltos a alta resolución, permitiendo una comprensión de su función, así como la localización y análisis de la función de una multitud de compuestos antibióticos. Este último conjunto de trabajos proporcionara información crucial a la hora de generar nuevos compuestos antibióticos capaces de superar los problemas de resistencias que actualmente tenemos que enfrentar.
La biología de una maquinaria como el ribosoma es tan compleja, que incluso la cristalografía de rayos X tiene sus limitaciones a la hora de comprender estos procesos a nivel estructural. Recientemente la maduración de las técnicas de microscopía electrónica de macromoléculas que permiten observar moléculas individuales de complejos macromoleculares ha permitido resolver estadios conformacionales no resueltos por la cristalografía. La congruencia entre los resultados obtenidos mediante microscopía electrónica y difracción de rayos X señala un camino de cooperación entre ambas metodologías para resolver la enorme complejidad estructural y funcional del ribosoma y de otros grandes complejos macromoleculares.
Referencias:
- What recent ribosome structures have revealed about the mechanism of translation. Schmeing TM, Ramakrishnan V. Nature. 2009, 461(7268):1234-42.
- Structures of MLSBK antibiotics bound to mutated large ribosomal subunits provide a structural explanation for resistance. Tu D, Blaha G, Moore PB, Steitz TA. Cell 2005, 121(2), 257-70.
- High resolution structure of the large ribosomal subunit from a mesophilic eubacterium. Harms J, Schluenzen F, Zarivach R, Bashan A, Gat S, Agmon I, Bartels H, Franceschi F, Yonath A. Cell 2001, 107(5), 679-88.